martes, 9 de diciembre de 2008



Anoche me desperté por duodécima vez pensando en ti. Huyendo de un sueño en el que te tenía para luego volverte a perder.
Y me quedo tumbada en la cama, mirando al oscuro techo de mi habitación, recordando tu sonrisa, la luz de tu mirada, ese algo especial que tanto me gusta de ti.
Pero esta vez fue diferente, no tuve miedo de que un día decidas apartarme de tu vida. Creo haber comprendido que con haber sido alguna vez tu amiga debería ser feliz, pues sé con seguridad que a otras no les diste esa oportunidad.

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